domingo, 9 de octubre de 2011

SELECCION / MANO A MANO CON OLE


"Ya tengo la pelota, me faltan las firmas de mis compañeros"


Pipita Higuaín y sus dos amores: la Celeste y Blanca y la pelota. (Gustavo Ortiz)


Figura en el debut de las Eliminatorias, el Pipita Higuaín todavía no cae por los tres goles que hizo y camina con pies de plomo y pura humildad: "No me la creo para nada, esto es mérito de todos".
Me llevé la pelota, como se acostumbra cuando algún jugador mete tres goles. Pero todavía no me la firmaron. Voy a tener que pedírselos a los muchachos. Me la quedo de recuerdo, no me la saca nadie, je”. Gonzalo Higuaín bromea mientras repasa los goles (uno, dos, tres) en la computadora portatil de Olé . Ajeno al furor externo tras la goleada ante el seleccionado de Borghi, el 9 desnuda su alegría por una noche mágica. Y su sorpresa por el segundo hat-trick en menos de una semana tras romperla con el Real Madrid frente al Espanyol. Su felicidad por verse en la tapa de Olé abrazado a Messi, con el puño en alto, un instante después de convertirse en el héroe de la Selección en el arranque de las Eliminatorias. Humilde, mesurado, y cauto, trata de no colgarse las medallas que le otorgan los elogios mediáticos, aunque interiormente tenga bien claro que afuera del predio de la AFA aún se siente la onda expansiva de su Piponazo contra Chile. “Yo estoy tranquilo, no me la creo, tengo que seguir trabajando. Esto es mérito de todos”, cuenta convencido. Moderado, el Pipita está en otra. Acaba de terminar de almorzar en la concentración y se prepara para pasar la siesta en familia. Un amigo lo espera con la puerta del coche abierta, pero el 9 se demora unos minutos en el encuentro a solas con Olé. “Se puede decir que redondeé una semana perfecta. Estoy muy feliz en serio. ¿Por mis goles? Por supuesto que es hermoso meter goles con la Selección, pero sobre todo por el triunfo. Queríamos empezar con el pie derecho y lo logramos. Hay que seguir por este camino, sabemos que todos los partidos serán difíciles. Ya se vio en la Copa América que está todo muy parejo y nadie te regala nada”, relata el delantero de 23 años mientras traza un mensaje con un fibrón sobre un gajo de la pelota de los tres goles, aún sucia tras una noche realmente inolvidable: “¡Vamos Argentina!”, escribe. Y lo firma: “Gonzalo Higuaín (9)”.
Mariano Andújar, sentado en un sillón del lobby de la concentración, lo saluda a la distancia y lo despide hasta la noche, cuando el plantel deba regresar para cenar en la intimidad del búnker. Pablo Zabaleta lo espera en el estacionamiento para posar para una foto con unos niños que abren los ojazos al descubrir la silueta de Gonzalo. Afecto y reconocimiento, tiene de sobra. Después de la operación (fue el 11 de enero por una hernia discal que lo dejó cuatro meses fuera de las canchas, ya que regresó el 2/4 ante el Gijón) que lo alejó de las competencias en su club y en la Selección, y de todo el esfuerzo que hizo para poder participar en la Copa América y al mismo tiempo luchar por la titularidad en el Real Madrid, en el predio de la AFA todos están convencidos de que Higuaín merecía una recompensa así. “Nos vamos felices y esperamos que la gente también. Era muy importante comenzar con una victoria, y haberlo hecho con esta contundencia sirve mucho más. Pudimos meter las situaciones que generamos en el arco de Chile. Estamos muy contentos por la actuación, pero tenemos que seguir en este camino para conseguir lo que queremos. Ganar te permite tomar confianza”, afirma el -desde esta temporada- cuarto capitán del Real Madrid.
-¿Por qué fue tanta la diferencia con Chile en el marcador? -El rival cometió errores, pero me parece que fue virtud nuestra haberlos capitalizado.
-El público venía golpeado por la eliminación en cuartos en la Copa América. ¿Esto empieza a revertir la situación? -Un triunfo así sirve para estrechar el vínculo con la gente, que venía insatisfecha después de la Copa América.
-Alejandro Sabella dijo en la conferencia que le das potencialidad al equipo. ¿Qué pensás? -Me pone bien que el técnico esté conforme con mi rendimiento, pero sobre todo con el del equipo. Estamos empezando un ciclo y queremos hacer las cosas bien, ya que sabemos que el fútbol de Sudamérica es muy parejo.
-¿Cuál es la receta para el día después? -No sé, no sé. Lo que voy a hacer es disfrutar de este triunfo, estar con la familia y ya pensar en el partido con Venezuela.
Tras la sesión de fotos, el delantero descubre su corazón de hincha y habla de lo que significa compartir el mismo equipo con el mejor del mundo. “¿Qué querés que te diga, es imposible jugar mal con Leo (obvio, por Messi). Es una suerte que juegue para nuestra Selección. Nos entendimos muy bien. Es un placer jugar con él, porque todo se hace más sencillo”, afirma con respetuosa admiración. “Todo el equipo estuvo muy acertado y jugó un gran partido. Creo que la Argentina explotó muy bien en los metros finales y también hay que destacar lo que produjo Angel (Di María) que fue muy importante en ataque. Pero tenemos claro que no conseguimos nada. Que nos espera un camino largo. Y que tenemos que traernos los tres puntos de Venezuela para sumar y sumar, para clasificarnos al Mundial de Brasil, que es lo que todos queremos”, cierra, ahora sí, decidido a reunirse con su familia en algún rincón de Buenos Aires. Lo esperan unos ricos mates con sus afectos y el calor de su padres y hermanos, como Nicolás que lo llama desde España. Y las ganas de seguir soñando con goles cuando, ya por la noche, apoye su cabeza en la almohada de su habitación de la concentración, otra vez en Ezeiza.
"Es un honor que me comparen con Bati y Crespo"
El clic, clic se escucha en el silencio de Ezeiza. Ya no quedan casi curiosos en el predio. Sólo los jugadores que parten con sus familias para contarles las vivencias de este comienzo de las Eliminatorias. Gonzalo sonríe y charla. No se queja de las tomas y se divierte. Y habla. Y se sonroja cuando se le pregunta si vio Olé , que lo tiene en la tapa. “Sí, vi el diario”, contesta timidón, no como en el área, lugar donde facturó los tres goles del match ante Chile.
-¿Y viste la comparación con Bati y Crespo? -Sí, pero bueno... Es un honor para mí porque yo los admiraba de chico. Pero me sorprendí.
-Tenés los mismos goles que Bati en la misma cantidad de partidos con la camiseta de la Selección. ¿Qué sentís con ese tremendo dato? -No sé qué decir... Ellos son jugadores que le dieron mucho a la Selección y yo soy joven, tengo que seguir creciendo.
-¿Y qué tenés de Bati y de Crespo? -No, pará, pará, pará... Hablemos mejor del equipo que hizo un gran partido y que ganamos un choque importante ante un rival que venía mostrando un gran crecimiento.
Gonzalo se banca ser el centro pero no es egocéntrico. Prefiere lo grupal a lo personal. Lo incomoda un poco tanta exposición mediática y que su nombre se codee con los últimos dos grandes centrodelanteros que tuvo la Selección. Bati es el goleador histórico de la Selección (con 56 gritos) y Crespo (con 35 festejos) es el que más goles convirtió en Eliminatorias con la camiseta albiceleste.
“Es muy lindo estar acá, es lo que uno siempre deseó desde chico. Siempre soñé con ser el nueve con esta camiseta”, relata casi con vergüenza. Está feliz y sabe que los suyos, los que esperan afuera, también. “Recién llevo pocos partidos en la Selección y quiero seguir así, como contra Chile”, asegura antes del saludo final. Y deja Ezeiza por unas horas.


Información recogida por el periodico olé

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