El jugador se siente querido por la afición, pero no está a gusto del todo. Se ha visto como suplente habitual desde el inicio de la segunda vuelta y ante el Bayern y el Barça en el Camp Nou apenas tuvo unos minutos testimoniales. Higuaín siente que ha perdido la batalla con Benzema y por eso las tentadoras ofertas que le llegan (sobre todo la del PSG) le hacen plantearse su marcha. "Si lo vendes, por poner un ejemplo, por 50 millones, te vas a tener que gastar otros 50 para sustituirle y encima el que venga puede no adaptarse al equipo. Sería un error dejarle ir". En el malestar de Higuaín también está el de su ficha baja respecto a algunos jugadores que están en una jerarquía similar a él. Tras su renovación del año pasado cobra 3,8 y sus pretensiones estarían en torno a los cinco millones.
Fuentes del vestuario desdramatizan la situación: "Pipita no nos ha dicho que vaya a irse ni sus compañeros piensan que vaya a dejarles en junio. Lo del gesto de la camiseta en Cibeles fue justo por lo contrario que se ha dicho. Los compañeros quisieron transmitirle lo que le quieren después de haberse especulado tanto con su salida". Ahora, la decisión la tiene el argentino.
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